Durante las pasadas semanas de junio los inversores en las bolsas europeas y estadounidenses han asistido a días extraños en el parquet, con índices comportándose de manera errática y sin control.

Las bolsas europeas están demostrando gran fragilidad y debilidad, como quedándose a un lado entre las dos potencias mundiales: China y Estados Unidos, en su actual guerra de mercados y tensión en los valores y las importaciones.

Confusión es la palabra y el concepto que refleja muy bien estas semanas, en las que muchos inversores no saben cómo afrontar ni sus decisiones ni su cartera. La incierta Administración Trump y los cambios geopolíticos proteccionistas hacen que los mercados tradicionales se tambaleen.

El petróleo, la incertidumbre y la inflación siguen subiendo. Mientras tanto, las acciones Chinas siguen cayendo a mínimos anuales, con un declive del yuan que hace prever fugas de capital y depreciación de la moneda.

El miedo se palpa en los mercados. Los inversores están bastante nerviosos. Lo que temen es que la actual guerra comercial sea el catalizador para que este gran mercado alcista finalice, algo que se lleva vaticinando desde hace meses, pero que nadie quiere que finalmente ocurra.

Los accionistas mayoritarios y estratégicos de Facebook quieren “cargarse” a Mark Zuckerberg, el varapalo de BBVA (una bajada de 17% en los últimos 6 meses), los temores a barreras globales para comerciar, el fin de una racha que ha durado demasiado y los temores a que todo haya sido una burbuja están en boca de todos.

Todo está conectado, y cualquier movimiento político (Erdogan, Trump…) ó de cualquier multinacional mundial (Apple, Facebook, …) puede hacer que cualquier bolsa ó mercado se vea ampliamente afectada.

No vivimos en mercados estancos y esta globalización nos hace más vulnerables y más tendentes a la inercia.

¿Viviremos una recesión en este 2018? El tiempo nos lo dirá.